14 marzo 2025

Peregrinos, ¡bienvenidos a la Casa de la Calera!

PAULA ZORITA

Aprovechando la celebración del Día de Santiago, patrón de Galicia y España, en Salamanca Buenas Noticias nos acercamos al lugar más gallego por excelencia que pueda existir en nuestra ciudad. La Casa de la Calera. Sin saber bien por qué se llama así (tampoco supieron explicármelo sus máximos responsables), la Casa de la Calera es Galicia en Salamanca porque en ella reside la esencia gallega del Camino de Santiago. Por enclave, justo al lado del Huerto de Calixto y Melibea, esta casa es el albergue más bonito de los que un peregrino puede encontrar durante su camino por la Vía de la Plata.

Nos abrieron las puertas tanto el responsable del Albergue (cuyas instalaciones pertenecen al Ayuntamiento), Víctor Hernández, como el Presidente de la Asociación Salamanca en la Vía de la Plata – Camino de Santiago, Carmelo González, y fue entrar en un lugar de paz. La Calera es un lugar acogedor y tranquilo que, como ya he comentado anteriormente, por su enclave deja boquiabiertos a los peregrinos que tengan la opción de pernoctar entre sus paredes. Las habitaciones, con un total de 18 camas, cuentan con el lujo de abrir sus ventanas al Huerto de Calixto y Melibea, con lo cual, el descanso en el camino está asegurado.

La andadura (nunca mejor dicho) de esta Asociación, que ahora cuenta con 200 socios, se remonta al año 99, cuando un grupo de parroquianos de San Pablo ponen en común la inquietud de trabajar en pro del Camino de Santiago en la Vía de la Plata y más adelante hacer senderismo en grupo. Tienen el compromiso cada año de hacer el camino o parte del camino. El pasado domingo concluyeron el de este año cuyo recorrido ha sido por la ‘Variante espiritual del camino portugués’ y que finalizó de una manera emotiva para ellos, puesto que en la misa oficiada en la Catedral de Santiago, Víctor tocó el tamboril ante los peregrinos y fieles que allí se encontraban. Carmelo asegura que esta parte del camino ‘tiene unos parajes absolutamente maravillosos y el contacto con la naturaleza es real’.

Los peregrinos que lleguen a Salamanca son bienvenidos a la Casa de la Calera por una noche en la que podrán utilizar todas las instalaciones como cocina, duchas, lugar donde lavar la ropa y secarla, mantas y por supuesto, una cama. Según nos explica Víctor, ‘hay un hospitalero que es quien recibe a los peregrinos y mi función como responsable del albergue es atender a todas sus peticiones’. Primavera y otoño son las fechas preferiblemente elegidas por los peregrinos de todo el mundo (Australia, África…) para emprender este camino de devoción al santo, y es cuando el albergue tiene máximo apogeo de funcionamiento. Carmelo destaca de estos peregrinos que vienen de tan lejos que ‘para ellos esto es devoción, más que hacer deporte… es sentimiento y están concienciadon del sacrificio que conlleva hacer este camino’.

Carmelo habla de este camino en la Vía de la Plata con absoluta fascinación: ‘este camino lo hace quien busca recogimiento, algo más allá por ejemplo que el camino francés que ahora mismo está absolutamente masificado. El camino de la Vía de la Plata, después del camino primitivo que hizo Alfonso VI cuando el Obispo Teodomiro le dijo en el año 820 que habían aparecido los restos de Santiago, es el más antiguo y por detrás el francés que adquirió mucha más importancia porque por ahí entra muchísima gente, pero en ocasiones parece una romería’.

Ambos, con varios caminos a sus espaldas, tienen muchas vivencias y anécdotas que contar de sus experiencias de ruta. ‘Hay momento para todo, -aclara Carmelo, puedes vivir en grupo y puedes sentir la soledad y el recogimiento, y todo es maravilloso, yo recomiendo hacer el camino siempre’. Reparamos en una anécdota que nos cuenta Víctor para hacernos a la idea de cuánto puede unir vivir una experiencia como esta, y es que, conoce la historia de dos peregrinos que llegaron a casarse al llegar a Santiago de Compostela: ‘él era de Holanda y ella de Alemania se conocieron, hicieron el camino juntos y en la Catedral se casaron. No tenían ropa y los peregrinos que iban con ellos se encargaron de solucionarlo y consiguieron dos personas que les dejaron tanto el vestido de novia como el traje de novio y los casó el arzobispo’.

Charlar con ellos fue realmente enriquecedor, es ver en sus ojos la devoción por el trabajo en pro del Camino de Santiago y sentir la pasión con la que viven cada camino; entrar en el albergue es sentirse en un lugar seguro, tranquilo y acogedor, y disfrutar de la misa celebrada el día del patrón en la Iglesia de San Pablo es celebrar que la ruta de la Vía de la Plata está muy presente y que la Asociación tiene muchos kilómetros todavía por delante y etapas que completar. ¡Buen camino siempre! Un placer, Carmelo y Víctor.