
PAULA ZORITA
Era el cartel ‘estrella’ de la Feria Taurina de Guijuelo y se reflejó en los tendidos con una plaza casi llena y un ambiente previo digno de cualquier Feria de relevancia. Hacían el paseíllo el rejoneador Diego Ventura y el matador de toros Julián López ‘El Juli’, máximos exponentes, cada uno en lo suyo, del panorama tauromáquico actual. Se lidió un encierro de las ganaderías de Hros. Ángel Sánchez y Sánchez para rejones y de Vellosino para el toreo de a pie que dio juego en conjunto aunque con diferentes matices.
Ventura llegaba a la villa chacinera con el esportón lleno de orejas y triunfos en la que es la semana más taurina por excelencia, ésta que hoy termina. Demostró en el coso de Guijuelo por qué es hoy máxima figura del rejoneo tanto por su toreo a caballo como por la cuadra que le acompaña, un gusto verla. Al primero de la tarde lo templó de salida a lomos de Fino y lo llevó cosido a la cabalgadura durante los primeros compases de la lidia. Con Bronce se lució de manera expresiva por la particularidad del caballo, que lo toreó dándole siempre los pechos al toro. La faena se vino un poco abajo por la condición del de Sánchez y Sánchez y aunque hizo un esfuerzo por agradar en banderillas cortas, después de tener que descabellar, todo quedó en ovación.
Se desquitó con sus otros oponentes, a los que les cortó sendas orejas. Con el noble tercero, que tuvo muy buen son de salida, calentó mucho los tendidos con Nazarí, uno de los caballos estrella de su cuadra. Con Lío formó el lío, poniéndole banderillas de poder a poder y protagonizando batidas realmente puras. El final de faena a lomos de Toronjo le valió para redondear y cortar un trofeo. Con el quinto echó el resto y sacó a Campina, que lo llevó con gusto de salida y apretó el acelerador con Bronce, Quillas, con quien protagonizó el momento más espectacular de la tarde, citando al toro con el caballo en alzas y cuando la faena estaba en su momento álgido, sacó a Dólar, ese espectacular caballo al que le quita la cabezada y tan sólo guía con las piernas para clavar pares a dos manos. Un espectáculo ver esa increíble doma. Emborronó con el rejón lo que pudo ser faena de dos orejas, que quedó en una.
El Juli resultó el triunfador numérico del festejo cortando en total tres orejas, una de cada uno de los del Vellosino, toros que aunque en conjunto adolecieron falta de fuerzas, sirvieron para que El Juli se expresase toreando. El segundo de la tarde, primero del lote de Juli, resultó un toro que respondió bien en los primeros compases de la lidia y faena de muleta. Aunque justo de fuerza, el diestro madrileño suplió esta falta con su poder y sus ganas y aunque la faena perdió intensidad por la condición del animal y tras un pinchazo, fue recompensado con la oreja.
El segundo de su lote lo tuvo que torear a media altura, pero lo hizo con mucho gusto y muy a gusto. Faena en la que destacaron hondos pases de pecho y un pulso y una suavidad perfectos para que el noble de Vellosino no se cayese y así lo llevase muy toreado por ambos pitones. Remató toreando en circulares y tras un pinchazo, cortó una oreja. La que cerró plaza fue una faena larga pero también de sabor y personalidad de Juli en la medida que el toro lo permitió porque tampoco pudo bajarle la mano por la falta de fuerza. Cortó una oreja premio a su afán y ganas de agradar durante toda la tarde.
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