PAULA ZORITA
Cuando duele Morante, porque hoy duele mucho, hay que buscar consuelo donde sea. Como cuando alguien te falla otra vez y vas a buscar el hombro donde llorar de nuevo. Así me he sentido esta tarde. Cuando Morante muestra su versión más desapacible, si bien es cierto que con el lote también menos motivador, El Juli es buen hombro donde llorar. El que nunca falla. El que siempre está; incombustible, desafiante y poderoso. La Glorieta entera también buscó el consuelo en él, y una vez más, lo encontró. Lo de menos fueron las cuatro orejas que cortó, más bien fue ese conocimiento exacto del hierro salmantino de Garcigrande y su gran inteligencia a la hora de ejecutarlo con la franela en la mano. Cayetano acompañó en la salida en hombros al madrileño luego de firmar una faena de alto nivel al que cerró plaza; el mejor del encierro. Bravo, noble, enclasado y de embestida vibrante, merecedor de la vuelta al ruedo. En palabras del ganadero, Justo Hernández: ‘el mejor toro de su vida’.
El Juli pudo hasta con el viento. Mostró su versión más poderosa y logró meter en la canasta al primero de su lote. Una vez podido, el toro colaboró y el nivel de la faena fue a más en tandas de suave trazo por ambos pitones, pero sobre todo por el derecho. Dejó una estocada entera y cayó el doble trofeo. Igual que cayó tras pasaportar al quinto de la tarde con el que de nuevo sacó a relucir su mando. A base de paciencia y conocimiento por demás, El Juli acabó haciéndole al toro lo que quiso.
Cayetano se llevó la perla del encierro. La faena al sexto, un toro bien hecho de Garcigrande, se caracterizó por la frescura, la actitud y la conexión innegable que este torero tiene con los tendidos. Estuvo a gusto, porque el toro fue bravo pero con una nobleza y una clase extrema, y colaboró para que todo lo que hizo, tuviese eco en el tendido. Aunque pinchó antes de la estocada entera, las dos orejas fueron pedidas por toda la plaza, apuntándose así a la salida en hombros de El Juli. A su primero le costó embestir y Cayetano sólo pudo intentarlo y el público lo valoró cariñoso.
Morante de la Puebla batió record de mínima extensión de faena ante el primero de la tarde. Después de una desastrosa lidia en los primeros tercios, en parte propiciada por la actitud del animal, muy reservón; estuvo delante del toro menos de dos minutos. De reloj. Lo mató y aguantó la consiguiente bronca. El segundo fue un toro manso pero tampoco quiso comerse a nadie. El de la Puebla no se sintió a gusto delante del animal y no se dio coba. También abrevió y de nuevo fue abroncado.
VÍDEO RESUMEN DE LA PENÚLTIMA DE FERIA CON JULI Y CAYETANO EN HOMBROS
FOTOGRAFÍAS: DANIEL TAPIA
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