
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclama en el año 1992 el Día Internacional de las Cooperativas el primer día de julio, para celebrar el centenario del establecimiento de la Alianza Cooperativa Internacional, y decide estudiar la posibilidad de celebrar un día internacional de las Cooperativas en años futuros. Desde entonces, anualmente se celebra este día reconociendo la labor de las cooperativas distribuidas por toda la geografía mundial.
Una cooperativa, tal y como hoy en día la conocemos, es una sociedad formada por un conjunto de personas unidas con el fin de conseguir un objetivo común en una misma actividad económica, es decir, todos los socios de la cooperativa van en la misma dirección para que el beneficio obtenido con su actividad sea el mayor posible. De ahí que uno de los principios básicos que debe regir en la cooperativa sea la cooperación entre los socios.
Una de las más representativas e importantes en Salamanca es COBADU, fundada hace casi cuarenta años por 380 hombres bajo el nombre de Sociedad Cooperativa Limitada Bajo Duero con el apoyo del Servicio de Extensión Agraria. En sus inicios fue un proyecto que pretendía mejorar la situación en las explotaciones de ganaderos y agricultores, hasta que en el año 1982 los socios fundadores eligieron una parcela de cuatro hectáreas como punto de partida para construir una fábrica de piensos para la cooperativa. Lo hicieron en un enclave único, ya que al estar fuera de cualquier población o polígono industrial, permitió su crecimiento hasta llegar a las 43 hectáreas actuales.
La actividad más importante de COBADU sigue siendo la fabricación de piensos, al igual que en su origen, pero la cooperativa ha ido incorporando nuevos servicios, todos ellos enfocados a las necesidades de sus socios. En el área de Ganadería, la cooperativa ofrece como actividad principal un servicio veterinario personalizado y comercializa las producciones ganaderas de sus socios, mientras que el área de Agricultura, la cooperativa recoge cereales, oleaginosas y proteaginosas, ofrece un asesoramiento agrario con un nutrido equipo de técnicos agrícolas, poniendo en valor una vez más la cercanía, confianza y compromiso con el socio.
En sus instalaciones centrales, esta cooperativa salmantina cuenta actualmente con tres fábricas de pienso y una planta de mezclas forrajeras, donde se fabricaron en 2017 más de 606 millones de kilos de pienso. Dentro de las instalaciones se puede encontrar también una deshidratadora de alfalfa, un centro de selección de semillas, laboratorio, dos secaderos de maíz, un gasocentro o una planta de blending para la producción de abono. La cooperativa cuenta además con un supermercado, un almacén donde pueden encontrarse todo tipo de productos agrícolas y ganaderos y unas oficinas centrales donde además de los servicios administrativos, los socios pueden disfrutar de otros servicios gracias a la correduría de seguros, servicio de telefonía o taller de neumáticos. Sin duda alguna, las mejores calidades y prestaciones para una cooperativa con una larga trayectoria a sus espaldas.
Rafael Sánchez Olea, director general de COBADU, señala que “nuestra actividad ha aumentado en casi un 14%, debido sobre todo a la estabilidad de la que siempre ha gozado la cooperativa, que ha dado confianza a socios, empleados, entidades financieras, proveedores y clientes”. Sánchez Olea destaca también como clave del éxito el compromiso de los recursos humanos, además de elogiar la “cantera propia” con la que cuentan. El director general de esta cooperativa adelanta que en el futuro “vamos a seguir invirtiendo y mejorando nuestras instalaciones”.
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