
PAULA ZORITA
El próximo día 19 se conmemora el Día Internacional del Cáncer de Mama, un tipo de cáncer que tiene cura en un 90% de los casos, como así explican fuentes de la AECC Salamanca. María José Sánchez es uno de esos casos exitosos y una muestra de valentía y arrojo. Ahora ofrece su ayuda como voluntaria y, desde la experiencia, ayuda a otras mujeres que puedan estar pasando por su misma situación con un positivismo admirable y unas ganas de vivir que, sin duda se han reproducido a consecuencia de esta dura enfermedad. Anima a todas las mujeres a hacer revisiones periódicas y a la autoexploración, algo en lo que la AECC también incide con ahínco.
María José nos cuenta su experiencia desde el momento en el que le diagnosticaron el cáncer de mama. Hace tres años de la primera operación y un año de su segunda operación: ‘son momentos muy difíciles, a las mujeres que estén en mi situación les diría que buscasen a alguien para hablar fuera de su círculo y su familia porque hablar con una persona allegada a ti es muy difícil porque remueves muchos miedos de otros. En la AECC pueden encontrar a psicólogas buenísimas con un tacto especial’.
Este pensamiento de ‘culpabilidad’ llega a pesar a muchas de las mujeres que padecen este tipo de cáncer, ya que se preocupan más de su familia que de ellas mismas: ‘es importantísimo aprender a escucharnos. Tenemos mucha gente alrededor hablándonos o diciéndonos lo que tenemos o no que hacer. Debemos estar con nosotras mismas y superar el miedo y tener momentos para nuestra persona y tiempos de soledad. Hay que llorar y sacar lo que tienes dentro y luego ya compartirlo’.
Habla del miedo que produce ese diagnóstico y de cómo hay que luchar contra él: ‘sí, siempre digo que el miedo es la enfermedad más grave, es lo que nos paraliza y lo que nos puede llegar a matar. Hay que enfrentarse desde que te lo diagnostican, pero antes hay que buscar lo que no quieres encontrar, pero puede ser que esté, y también enfrentarse a ese miedo’.
Sin duda habla con mayor crudeza de la quimioterapia, lo peor de esta enfermedad para ella: ‘la quimio es una sensación horrible de quemazón por dentro. Son momentos durísimos. Luego lo ves desde fuera y piensas que tampoco fue para tanto pero es muy difícil y enfrentarte al momento de quedarte sin pelo. En ese momento dejas de tener intimidad. Cuando pierdes el pelo, le estás diciendo a todo el mundo lo que te pasa’.
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